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Materiales de filosofía. Textos y comentarios

Platón. La República

Platón. La República Texto: Platón, República L. VII (517 b-c)

"Pues bien, querido Glaucón -proseguí- esta imagen debemos aplicarla enteramente a lo que antes se dijo. El mundo que aparece a nuestra vista es comparable a la caverna subterránea, y la luz del fuego que hay en ella al poder del sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de el, si la comparas con la ascensión del alma al mundo inteligible no errarás respecto a mi conjetura, ya que deseas conocerla. Sólo Dios sabe si por ventura es verdadera. Lo que a mí me parece es lo siguiente: en el límite extremo del mundo inteligible está la idea de bien, que percibimos con dificultad, pero, una vez contemplada es necesario concluir que ella es la causa de todo lo recto y bello que existe; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y el soberano de ella, en el mundo inteligible es ella misma la soberana y dispensadora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario que la vea bien quien quiere conducirse sabiamente tanto en la vida privada como en la pública"

a. Explicación y comprensión del texto:

a.1. El texto : El fragmento seleccionado pertenece al Libro VII del diálogo “La República” cuyo tema general es el intento de determinar la naturaleza de la Justicia. En este intento Platón sitúa a Sócrates “dialogando” con distintos representantes de la escuela sofista; es en el curso de esta discusión en la que se van desgranando las ideas de Platón acerca de lo que es la auténtica realidad y la naturaleza del conocimiento verdadero. Mas la ontología (teoría del ser) y la gnoseología (teoría del conocimiento) platónica aparecen aquí subordinadas a la preocupación política que es prioritatria: instaurar la justicia en la vida pública. De modo muy general podemos sintetizar el pensamiento de Platón al respecto afirmando que para él la justicia no será posible mientras no gobiernen la Polis aquellos que conocen la auténtica naturaleza de la justicia y que en consecuencia sean ellos mismo justos. La importancia atribuida a la educación (Paideia) como instrumento de formación de los futuros gobernantes se inscribe en esa intencionalidad básicamente política de su pensamiento.

El libro VII, al que pertenece el fragmento, representa la culminación del diálogo tomando como centro de reflexión, precisamente, el tema de la educación. Platón compara la naturaleza humana en lo que se refiere a la posesión de educación o su carencia con la situación de unos prisioneros situados en el fondo de una caverna. La liberación y el ascenso paulatino al mundo exterior simbolizan la adquisición de la verdad que culmina en la contemplación de la auténtica realidad en contraste con la situación en el interior de la caverna que representa el mundo de la apariencia y la falsedad. Para Platón el hombre tiene que realizar en la vida un proceso de “ascensión” similar al del prisionero liberado para volver a la caverna e intentar “liberar” a los que se conforman con la visión de las sombras.

En este fragmento, Platón nos ofrece una primera interpretación del Mito de la Caverna, conectando la descripción de la ascensión del hombre de las tinieblas a la luz con su teoría de las ideas. Recordemos que mediante esta teoría Platón afirma que más allá de lo sensible, sujeto de nacer y perecer, se halla la auténtica realidad, inmutable, eterna y perfecta: las ideas. En la cúspide de ese “mundo” de esencias perfectas coloca Platón “la idea de Bien” que considera causa del ser y del conocer; en la contemplación de la idea de Bien culmina la búsqueda platónica de la verdad. Este conocimiento no es un conocimiento meramente teórico sino que tiene unas consecuencias prácticas que Platón descubre en las últimas líneas del presente fragmento:

“es necesario que la vea bien quien quiere conducirse sabiamente tanto en la vida privada como en la pública”

He aquí la idea principal del texto que es a la vez el fundamento de la reforma política y del sistema de organización social que Platón propone: sólo aquellos que conocen la naturaleza de la Justicia, de la Verdad, del Bien, pueden gobernar justamente y procurar una vida buena a la sociedad.En síntesis:

-El conocimiento de las ideas y en particular de la idea de Bien es condición necesaria para que el hombre alcance su perfección tanto a nivel individual como social.

Las ideas que apoyan esta conclusión son las siguientes:

-El hombre está en disposición de “ascender” al “mundo inteligible” o mundo de las ideas y es el alma la encargada de realizar tal “ascensión”
-El mundo de las ideas y subsidiariamente el mundo sensible están regidos por la idea de Bien que es la causa del ser y del conocer. En consecuencia el conocimiento de la idea de Bien es el punto más alto de conocimiento que se puede alcanzar pues es el punto más alto del ser.

a.2. Terminología

Contemplación: Contemplar algo significa “ver”, tener ese algo presente ante los ojos y fijada la mirada en su presencia. Este fijarse es también, de alguna manera, un tenerlo fijo, en el sentido de poseerlo. El hombre al contemplar posee lo contemplado, pero de una manera especial, pues, no hay “manipulación, esto es, la contemplación “deja ser” a aquello a lo que afecta. En todo el pensamiento griego -y en general en el pensamiento occidental- hay un predominio del sentido visual, y por eso no es extraño que lo griegos se refieran al acto del conocimiento con términos que en su origen tienen un significado relacionado con la facultad de la visión.
El “ver” al que nos referimos aquí va más allá del mero “ver físico”, del “ver” con la “vista” y significa un “ver” más profundo, el “ver” del que es capaz la inteligencia. Podemos decir que para Platón “contemplar” significa “ver intelectualmente” y el objeto de la “visión intelectual” no es otro que el Ser o, dicho en el lenguaje platónico, las Ideas.

Ascensión: Otro término que hace referencia al conocimiento tal y como Platón lo entiende. Para Platón el conocimiento es un proceso que el alma lleva a cabo y que culmina en la visión de la idea de Bien. El término denota “esfuerzo” y “elevación”. Ambos significados se conjugan en la comprensión de que para Platón el objeto de conocimiento permanece en su lugar “dejándose” conocer, es decir, es el hombre, el alma, la que ha de elevarse, la que ha de cambiar de lugar para “poseer” o “estar” en la verdad. De hecho, podíamos definir la verdad, según Platón, como un “tener correctamente orientada la mirada”, esto es, la verdad es, para Platón, “rectitud del mirar” y esta rectitud implica que el alma se aleje de lo sensible para “ascender” al mundo de las esencias perfectas o ideas.

Mundo inteligible: La expresión “inteligible” significa “aquello que es definible y que tiene sentido”, esto es, lo que es accesible a la inteligencia, o dicho de otro modo, lo que el hombre puede contemplar mediante su razón. Platón sitúa lo inteligible en una región o espacio y así habla de “Mundo” pero no hay que entender está expresión dándole un sentido físico. Para Platón el “mundo inteligible” es el mundo de la auténtica realidad, ya que las Ideas, las esencias perfectas -universales- constituyen la verdad; mientras que lo sensible tiene ser únicamente por su participación de lo inteligible o porque imitan esa auténtica realidad.

Idea de Bien: Ya hemos hablado suficientemente de este término. En la República a la idea más excelsa Platón la denomina con un término tomado del campo de la Etica: El Bien (Agathos). Sabemos que representa para él el grado más alto del Ser y el principio o causa del conocer. Con el término Bien, Platón pretende significar lo correcto, lo que no necesita de nada más porque vale tal y como está: que “está bien”, que “está en su sitio” “que ocupa su lugar” . La contemplación o conocimiento de la idea de Bien está reservada a una “visión intelectual” o “intuición pura” que sólo se alcanza tras un arduo entrenamiento en el conocimiento de las ideas.

Vida Pública: El hombre no es un ser que viva aislado sino que es un ser que, de modo natural y necesario, vive con otros hombres en sociedad. El reconocimiento de que el hombre es un ser social por naturaleza, de que el hombre es fundamentalmente “ciudadano”, es un hecho crucial de la propuesta política de Platón y marca su nítida oposición a la doctrina de la convencionalidad sofista. En tanto que ser social el hombre es sujeto de necesidades a las que, si quiere vivir, ha de satisfacer. A partir de aquí Platón desarrolla una teoría política que en primer lugar reconoce que la política es una saber cuyo fin general es el bien de la comunidad, tal bien lo constituirá la justicia. La política consiste en la técnica de gobernar según el recto conocimiento o saber de lo que “es” verdaderamente, las ideas; sólo así se alcanzará la Justicia en la vida pública consistente en que haya armonía entre las distintas clases sociales que integran el Estado, esto es, que cada clase social realice la función que le es propia.

1 comentario

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